Dosis pequeñas y prolongadas de Cannabis podrían estar asociadas a una reducción del riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
Que el cannabis es una fuente inmensa de posibilidades terapéuticas, está hoy ya más allá de toda duda. La cantidad de estudios científicos sobre los cannabinoides y la forma en que interaccionan con nuestro cuerpo no deja de crecer. Aunque podemos decir que recién estamos empezando a profundizar en ellas.
Hoy solo nos lamentamos del retraso en el conocimiento en esta área que impuso el prohibicionismo. Y nos felicitamos por la existencia de investigadores que luchan por reducir este agujero en el conocimiento.
Uno de esos investigadores es el colombiano Juan Carlos Restrepo, cirujano y epidemiólogo clínico especializado en cannabis medicinal. Trabaja desde hace años para desarrollar medicamentos a partir del THC, CBD, terpenoides, taninos y fenoles. Actualmente desarrolla un proyecto en Colombia, que incluye la creación de un laboratorio de innovación y desarrollo de plantas medicinales, con énfasis en el cannabis y sus sub-tipos.
Restrepo cuenta a Excelsior que
“Se ha descubierto que cannabinoides como el cannabidiol, cannabinol y el mismo THC en dosis pequeñas y prolongadas, puede mejorar el peso. Al bajar la grasa corporal, baja el peso, la grasa visceral y esto, por ende, disminuye el riesgo cardiovascular. Esto cambia el metabolismo de los lípidos, de las grasas en el organismo. Incluso evita que se formen placas en las arterias y se taponen, o sea, evita un infarto como tal”.
Pero Restrepo también advierte de que no existe evidencia de que el cannabis fumado prevenga infartos o enfermedades cardiovasculares. El cuerpo puede beneficiarse de la acción de los cannabinoides, está claro. Pero fumar es, en sí, un factor de riesgo para padecer enfermedades del corazón. Por tanto su acción medicinal ha de perseguirse mediante metabolitos adecuados en las dosis y vías de consumo adecuadas.
El cannabis actúa contra enfermedades cardiovasculares y además puede prevenir o mejorar la diabetes
A pesar de la escasa cantidad de estudios que hay al respecto, Restrepo afirma que:
“Se ha demostrado que los cannabinoides en nuestro organismo previenen o mejoran la diabetes y la prediabetes, condiciones relacionadas con la obesidad“,
El cannabis ayuda a mantener el equilibrio en el metabolismo de la glucosa. Para ello interactua con los receptores endocannabinoides de nuestro cerebro relacionados con este proceso metabólico.
El cannabis estimula el apetito, es un hecho. No obstante, Restrepo cita un estudio de ‘The Third National Health and Nutrition Examination Survey’. Éste relaciona el consumo regular de cannabis con una menor prevalencia de la obesidad y a un menor índice de masa corporal.
Pero “no solamente el consumo de THC reduce el peso”, continúa Restrepo. Provoca un cambio en el metabolismo que predispone a la persona a un cambio de hábitos de vida. Y…
«… la diabetes es una enfermedad muy relacionada con el estilo de vida”.
También parece ser que el THC aumenta la sensibilidad a la insulina y “por tanto nos está protegiendo de la hiperglucemia” puntualiza Restrepo. Además, “disminuye la glucosa, la adiposis y la obesidad”. Pero reconoce que se necesitan realizar más estudios porque “los cannabinoides actúan de manera muy individual” dependiendo del organismo.
Por último,concluye que,
«Dado que la disminución de peso producida por el cannabis mejora “la afinidad de las células a la insulina para disminuir la azúcar, disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Entre ellas el infarto. Como preventivo es excelente.”.
De hecho Israel desarrolla las investigaciones más avanzadas acerca de la aplicación del cannabis para tratar enfermedades cardiovasculares. Además, Suiza, Estados Unidos y Colombia, trabajan en la investigación de extractos de cannabis para prevención de infartos.